El debate sobre la relación entre la ubicación de las empresas de juego online y el aumento de casos de ludopatía es sin duda un tema complejo y polémico. La postura del Gobierno de Melilla, defendida por el consejero Miguel Marín, enfatiza que la naturaleza digital de estas plataformas significa que su impacto en la ludopatía no depende de su localización geográfica. Según Marín, los problemas de adicción al juego son más una cuestión del comportamiento del usuario que del entorno en el que operan las empresas.
Es interesante notar que el consejero argumenta que las plataformas online cuentan con mecanismos de control más efectivos que los juegos físicos, lo que podría ser un punto a favor de su regulación. Sin embargo, la preocupación de diversos sectores sociales y partidos de la oposición sobre el acceso fácil a las apuestas, especialmente entre los jóvenes, es insistente.
La defensa del Gobierno de Melilla sobre la creación de empleo y la generación de ingresos fiscales a través de estas empresas también es un argumento válido en el contexto de desarrollo económico local. Melilla ha encontrado un equilibrio entre fomentar la economía y garantizar la protección de la salud pública.